Impulsado por su deseo de crear un emprendimiento centrado en la familia, el médico costarricense Manfred Lutz transforma los dibujos infantiles en cuentos únicos, 100% originales, dando vida a la imaginación de los más pequeños. De esa inspiración nació KidMade Stories.
Lutz es padre de dos hijos de 8 y 11 años y su experiencia profesional se ha enfocado principalmente en la industria farmacéutica. Para él, la infancia es el momento clave para sembrar hábitos que duran toda la vida.
“Con este emprendimiento quiero rescatar la creatividad de los niños, esa chispa que a veces se apaga con los años. Creo firmemente que la imaginación es clave para el éxito y la felicidad. Mi meta es darle un lugar real a esa creatividad: que un dibujo no quede olvidado, sino que se transforme en un libro personalizado que el niño sienta como suyo. Al mismo tiempo, fomenta la lectura de manera natural y ofrece una
alternativa más sana frente a las pantallas”, explica Lutz.
Lutz ve en este proyecto también un legado para los padres, una manera de decirles a sus hijos “lo que creás importa, tu imaginación merece ser celebrada”, mientras conservan recuerdos sin la culpa de tener que desecharlos. Muchas familias acumulan cajas llenas de dibujos que terminan olvidados o en la basura, y este emprendimiento les ofrece una forma significativa de darles un nuevo propósito.
“Un día tuve que admitirle a mi hijo que había botado un dibujo que para él era importante. Me sentí fatal. Ahí pensé: tiene que haber una forma mejor de honrar lo que ellos crean”, recuerda Lutz. “Como siempre he escrito historias, se me ocurrió la idea de convertir sus dibujos en cuentos donde su imaginación fuera la protagonista”.
Así, KidMade Stories busca resolver varios desafíos de la vida familiar moderna: evitar que los dibujos se pierdan u olviden, dar un lugar real y permanente a la creatividad infantil al convertirla en un libro, fomentar la lectura de manera natural (pues el niño lee su propio cuento) y ofrecer una alternativa más sana y significativa frente al uso excesivo de pantallas.
Para los niños, el impacto va mucho más allá de tener “un librito”. Esta experiencia fomenta la creatividad, pues los motiva a seguir dibujando, imaginando y creando nuevas historias. Además, estimula el gusto por la lectura, ya que leer “mi propio libro” les genera orgullo, atención y un vínculo emocional con su historia. Al mismo tiempo, fortalece la atención y la concentración, enriquece el vocabulario y contribuye al
desarrollo cognitivo, ofreciendo una alternativa positiva frente a las pantallas, que con frecuencia afectan el sueño, la concentración y el bienestar emocional.
¿Cómo funciona?
A diferencia de la mayoría de proyectos de cuentos personalizados (que trabajan con historias prediseñadas donde solo se cambia el nombre del niño o se insertan fotos), KidMade Stories crea cada relato desde cero, sin plantillas ni fórmulas repetidas.
“No usamos plantillas ni inteligencia artificial. Cada cuento es único, con estructura narrativa formal y vocabulario adaptado a la edad del niño. La idea es que fluya al leerlo en voz alta y que luzca como un libro de verdad, con portada personalizada y atención a cada detalle”, detalla Lutz, quien asegura que ni en Costa Rica ni en ningún otro país existe otro proyecto igual: KidMade Stories es el primero en transformar
dibujos infantiles en cuentos originales creados a la medida de cada niño.
El proceso es sencillo: el niño crea su dibujo y los padres le toman una foto para subirla a la página de KidMade Stories, donde eligen el formato (digital, impreso o ambos). A partir de ese dibujo, se escribe una historia original desde cero, inspirada en la imaginación del niño. Luego, el cuento pasa por un proceso profesional de escritura, revisión, edición y diseño, y en aproximadamente ocho días hábiles el libro está listo y
llega directamente a manos de la familia.
KidMade Stories ofrece tres opciones para adaptarse a cada familia, con precios que van desde los 24 hasta los 37 dólares: versión digital, impresa o una combinación de ambas —esta última, la más popular, permite disfrutar el cuento en pantalla y a su vez conservarlo como un recuerdo físico.
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